Es el día en que unos cuantos tipos exitosos se juntaron en el planetario a meditar (¡que alguien me explique
qué es meditar!) sólo porque la fecha está cargada de números uno. Es el día en que la Selección Argentina de Fútbol empató 1 a 1 sólo porque la numerología lo había predestinado.
Es el día en que los periodistas del mundo prefirieron trabajar menos, descorchar un champán bien frío, y robar mucho informando sobre ese día apocalíptico que nunca existió, tampoco existe, y no piensa existir.
