domingo, 3 de octubre de 2021

Hasta acá llegué

Desde hace 8 años, desde que me golpearon la cabeza, escribo cartas para que entiendan mi dolor físico y psíquico. Espero ésta sea la última.
El 26 de mayo de 2013 fui alegremente a jugar al fútbol, sin saber que me iba a cambiar la vida para siempre. Un animal, un monstruo de por lo menos 2.10m., alto como una puerta y muy robusto, impactó en mi cabeza/oído. (Debe ser uno de los 5 hombres más grandes del país, no exagero. Se llama Maximiliano Martín Liporace). Lo que sentí fue tremendo: 2 explosiones adentro de mi cabeza como si me hubieran explotado dos bombas. Quedé tendido en el piso, y cuando me levanté, pálido, me sentía completamente perturbado. Sabía que algo grave me había pasado en el oído y en la cabeza pero no podía explicarlo porque era una sensación nueva. Lo primero que percibí fue una sordera del oído derecho. Recuerdo que cuando fui a la guardia del otorrino lo que le dije que si del oído izquierdo escuchaba 10 puntos, del oído derecho escuchaba 5. Otra sensación que tuve fue una extraña presión en los 2 oídos, similar a la que ocurre cuando uno practica buceo. Entonces me tapé la nariz y soplé (por la nariz) como cuando uno sube al avión y se le tapan los oídos por la presión. Pero no pude destaparme nada. Primero porque tenía el timpano perforado, y por el agujero salía el aire. Segundo, porque desde entonces convivo con esa presión insoportable al día de hoy
 La presión nunca decrece. Ningún médico en Argentina me lo diagnosticó, pero googleando e investigando averigué que eso se llama Tonic Tensor Tympani Syndrome y es una consecuencia de la hiperacusia que sufro y tampoco me fue diagnosticada hasta hace un par de años.
Recuerdo que volví a mi casa, yo vivía con mis padres, y cuando les conté lo q me pasó la reacción de mi madre fue de fastidio, como hasta hoy en día. Fuimos a la guardia del mater dei, ellos me acompañaron, pero yo no aguantaba permanecer en la sala de espera, porque me sentía perturbado, aturdido, por lo que salí al silencio de esa calle por donde pasaban pocos autos. Me senté en el piso y esperé a que me llame el médico. Ese malestar es la hiperacusia. La médica me hizo unas preguntas y me dijo q lo q tenía era susto nomás. No me revisó el oído. Yo sabía que algo andaba mal, por lo q me tomé un taxi y me fui solo a la guardia de otorrino. 
El otorrino me revisó y me dijo que tenía perforado el tímpano. Yo no sabía qué era un tímpano. Me dijo que es una piel que se regenera sola. Me mandó a hacerme una audiometría al día siguiente, por lo que tuve que faltar al trabajo.
Me hice la audiometría, y aunque había una caída en la audición en el el oído derecho el médico me dijo que era normal. También le dije que sentía como un ruido. Me dijo que era tinnitus o acúfeno, en español, pero me dijo que cuando se me cerrara el tímpano se me iba a ir. Cuando googleé acúfeno me asusté mucho.
Igual uno siempre piensa que los médicos lo van a curar. Falso.
Fui a trabajar al día siguiente pero seguía muy mal, perturbado. Cuando prendieron la aspiradora me fui al fondo de la tienda porque no aguantaba el ruido.
Volví a ir a los otorrinos, y todos me decían lo mismo, que no era nada, sólo el tímpano perforado. Fui a medicus, una vieja me vio el oído, me dijo "esto está muy mal" y me aspiró con el tímpano perforado. Una burra. Sentí un mareo terrible, se me dio vuelta el mundo y le pedí que pare. Son cosas que me acuerdo. Hay millones.
Visité a varios otorrinos y también a mi psicoanalista-psiquiatra con quien ya no me atendía, y él también me dijo que no era nada.
Entonces yo asocie que el dolor que me provocaban los ruidos era por el agujero en el tímpano, pensando que los sonidos me entraban ahora sin "filtro".
Pero no tenía que ver con eso. Lo que yo tengo es una lesión en el oído interno, que es la parte neurológica del oído, y se puede inferir solamente con una audiometría de alta frecuencia. Hasta entonces sólo me hacían audiometrías convencionales, que van hasta los 8000hz. Yo hasta los 8000hz tengo una audición normal, pero de los 8000hz a los 20000hz quedé sordo del oído derecho. Esto explica el tinnitus, la hiperacusia y el tonic tensor tympani syndrome. Tengo algunos certificados del Dr. Roitman, que fue el que primero me hizo una audiometría de alta frecuencia. 
Tengo miles de horribles recuerdos. Me acuerdo me compré tapones de silicona o me ponía algodones en los oídos, y traté de continuar mi vida normal hasta que el tímpano cerrara y supuestamente todo se curara, pero yo no me sentía bien. TUVE QUE RENUNCIAR AL TRABAJO Y DEJAR LA FACULTAD. Y encima bancarme el maltrato y ninguneo de mi familia que me trata de loco, de psicosomático,  sobre todo mi mamá y mi hermano, y todos los que tienen una buena relación con ellos. Jamás se tomaron 10 minutos para leer sobre mi enfermedad. Es cierto que al principio era todo confuso, que no había un diagnóstico concluyente. Pero hoy después de 8 años siguen pensando lo mismo: que soy un loco. Ellos creen q es todo un delirio de mi cabeza, por eso me pagan el psiquiatra, creyendo que me pueden curar.

Igual, aunque duela, no importa lo que piensen los demás de mí. Lo que importa es que no puedo trabajar y no me puedo valer por mis medios ni le puedo dar sentido a mi vida.
Por ahí a veces me ven bien, o mejor. Pero son momentos aislados; momentos intercalados entre las largas horas que paso recostado en el silencio absoluto para sentirme un poco mejor.
Para resumir: hace poco leí un artículo que contaba que a una modelo le pasó lo mismo que a mí y se le truncó la vida, y quedó al cuidado de la madre y a la espera de que el seguro le pase plata. Tampoco pudo volver a trabajar; ella se definía como una mariposa social y ahora vive postrada. Se llama Katrina Caro. Su historia la leí en la página de Hyperacusis Research, una organización que promueve la investigación y concientización acerca de esta terrible enfermedad. Hay más casos y testimonios, pero son muy pocos en el mundo. La hiperacusia es considerada una enfermedad rara; el TTTS más aún.

Creo q aunque me esfuerce, no voy a convencer a nadie. Los que nunca me entendieron, tampoco lo van a hacer ahora.

Me aburrí de escribir. Cuando escribo pienso en Ceci, en mi vieja, en Rodrigo, en Silvestri, en Andy, en Mabel, en Liliana, etc. En todos los que me conocían, me querían, y creen que enloquecí. Que creen que soy un hipocondríaco o un exagerado, o un obsesivo.

También pienso en los que me entienden y me compadecen: lacho por ejemplo. A veces también igor o facu.

Yo sé quién soy. Sé el calvario que sufro desde el 26 de mayo de 2013. Hace 8 años que no trabajo. No puedo trabajar porq me aturdo. No soporto permanecer más de 4 horas en un contexto con sonidos normales. Y si me quedo de más, en los días días siguientes me siento tan aturdido que no puedo salir del silencio de una habitación. No puedo sostener ninguna actividad por estos motivos. Capaz un día estoy "bien", otro día también, pero al tercer día estoy super aturdido, con el ruido en mi cabeza a todo volumen. Tampoco puedo sostener una convivencia, porque los ruidos que para todos son normales para mí son dolorosos.

Entonces qué me queda? Seguir llorando? Seguir quejandome? Seguir alejando a la gente? Seguir en esta soledad horrible?

Yo amo la vida. El que dice que soy depresivo está equivocado, no me conoce. Amaba la música, amaba cantar. Siempre fui muy alegre. Amo a las mujeres, la playa, los viajes, el sol, la gente.
A veces soy medio vago, lo reconozco. Pero sé de qué va la vida. Para progresar hay que esforzarse. Pero una cosa es esforzarse y otra es vivir con dolor.

Me trataron y tratan de loco, me internaron, me diagnosticaron enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia. Me medicaron con todas las pastillas habidas y por haber.

Y yo no tengo los medios para demostrarle a mi familia lo que me pasa: que la hiperacusia severa existe, que no es sólo el acúfeno (ese ruido molesto que escucho en mi cerebro). Que me duele salir a la calle. Ciertos ruidos me lastiman: los ruidos agudos, las frenadas, los golpes, la vajilla, los ruidos metálicos, el llanto de un bebé, una risa, un grito, un silbido.

Los doctores Aráuz y Roitman me explicaron que la hiperacusia (o algiacusia) es la incapacidad del cerebro para soportar elevaciones de volumen.

Hoy y desde hace 8 años me mantienen mis padres. Ahora la que me mantiene es mi madre. Ella me quiere, pero no me entiende.
Y no pretendo que me siga manteniendo. De todos modos algún día va a morir. Entonces mi situación es desesperante. Por eso tengo ideas suicidas.

No tengo futuro, porque para vivir hay que trabajar, y trabajar implica no estar encerrado como ahora en el silencio absoluto. Implica salir, moverse, relacionarse, sostener actividades en entornos más o menos ruidosos por más de un par de horitas.
Yo eso, lamentablemnte, no puedo hacerlo. Como dije: aguanto máximo 4 horas y después necesito recluirme.

También me duele tomarme un colectivo. Yo no puedo compartir un espacio de trabajo y exigirle a mis compañeros que no hagan ruidos, que no suelten una risa.

En fin, mi vida se volvió imposible y muy triste. Ojalá tenga la valentía de terminar con ella para no sufrir más.

Desde el accidente me internaron 3 veces en hospitales psiquiátricos, y yo no tengo ninguna patología psiquiátrica. De hecho hice el examen psicofísico para la portación de armas en 2020 y di APTO, aún aclarando en la declaración jurada que había estado internado.

Mi hermano Rodrigo se encargó de que mi vieja y mucha gente me odie. Él tramitó la orden del juez para que me internaran. 2 meses y medio estuve en mi última internación, inyectado y sobremedicado. Con diagnósticos de esquizofrenia y trastorno bipolar. No tengo nada de eso.

Y no hay psicofármacos buenos. Todos generan dependencia y dañan el cerebro. En 2019 no tomaba psicofármacos, no estaba en tratamiento psiquiátrico y fue el mejor, por lejos, de mis últimos años. No tienen que hacer más que ver mis fotos y mi semblante durante esa época.

Y aún así, ese año fui proscrito de mi familia. Mi mamá no me dejaba visitar a mi padre enfermo por orden de mi hermano. Tampoco me dejaron pasar las fiestas judías con la familia y pasé el año nuevo solo mientras todos ellos estaban reunidos. Como si yo fuera un delincuente.

La verdad, los quiero pero a la vez los detesto, porque no se tomaron ni 5 minutos en buscar en google "Hiperacusia". Empezaría mi vida de nuevo, en otro lugar, lejos de ellos. Formaría MI familia. Pero como ya dije, no puedo trabajar porq me duelen los ruidos.







miércoles, 19 de junio de 2019

Hagamos patria con el fútbol

No sé quiénes son. No los conozco.
Jugaron dos meses en Racing, en Central, en Banfield. Los compró algún equipo de Europa, y hoy representan al país.
A Otamenti, que tiene nombre de sanatorio, lo vi jugar por primera vez en el Mundial 2010 cuando Maradona lo puso de lateral, y Alemania nos metió cuatro y nos eliminó. Lo pasaron como alambre caído. Ese tipo, de pelo blanco, que nunca jugó en nuestro país, que nunca ganó nada (al menos acá, en Europa no me importa), es el 2 de la selección Argentina.
No hay que ser muy inteligentes para darse cuenta de que hacen todo mal.
Hoy Argentina puede ganar, perder o empatar. Es Paraguay, no Alemania o Brasil.
Pero con este equipo no llegamos a instancias finales ni a cañonazos.
Somos el país con el campeón y subcampeón de la Copa Libertadores de América. Y de esa final sólo juega Armani.
Propongo que la Selección esté compuesta sólo por jugadores del fútbol local. Ganamos, perdemos. No importa.
Pero es una forma de hacer patria, de incentivarlos a quedarse, y a hacer del nuestro, un país más grande.
Empecemos por el fútbol.
Después serán los científicos, los artistas, y así.

lunes, 28 de enero de 2019

¡Buena suerte!

Con el asunto de Venezuela, y consumiendo las informaciones cruzadas acerca del tema, llegué a una pequeña pero importante conclusión. Creemos que tenemos la posta, que somos los dueños de la verdad, que nuestras inclinaciones políticas son resultado de nuestro análisis objetivo de la realidad, pero ninguneamos la variable más importante a la hora de nuestra toma de decisiones: el azar. "No subestimes mi inteligencia", repite un gruñón coforista que participa en el Foro de ex alumnos del CNBA. Y yo respondo: claro que la subestimo.
En la balanza de nuestras decisiones, siempre será más pesada la bandeja emocional que la racional. Nacemos con un ADN azaroso; no elegimos a nuestros padres ni a nuestra familia; no elegimos con quien nos vamos a cruzar en la vida;  no elegimos a nuestros compañeros ni a nuestros maestros; nada de lo aprendido en nuestra primera infancia, lo cual sentará las bases de nuestra vida futura, fue elegido deliberadamente. Como dije, la afinidad política y las posturas en la vida tienen más que ver con nuestra historia personal y emocional, que con nuestra capacidad de abstracción y razonamiento.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Conclusiones de una final histórica, desde la óptica de un bostero

River ganó bien, hay que decirlo. Pero Boca también lo pudo haber ganado, y también hay que decirlo.

El equipo de Marcelo Gallardo (verdadero artífice de éste y tantos campeonatos) siempre se mantuvo fiel a su estilo de juego, aún yendo en desventaja en tres oportunidades (tanto en La Boca como en el Bernabeu). Nunca se desesperó ni se fue al ataque carente ideas y a mansalva, como hacen la mayoría de los equipos cuando van perdiendo, urgidos por el resultado y el tiempo que se agota. Y no fue casualidad: la misma paciencia la mostró contra el Gremio en Brasil, cuando perdía 1 a 0 y necesitaba hacer dos goles para ganar la serie; y los hizo, con golazos a puro futbol y toque.
Por el lado de Boca, Guillermo empezó haciendo todo bien, pero después hizo todo mal. Puso en cancha al mejor equipo posible: fuerte, rápido y efectivo. Un equipo copero que jugó mejor que River en el primer tiempo.
La carta del triunfo de Boca siempre fue Benedetto, que metió un hermoso gol con una definción exquisita. Pero Guillermo lo sacó en el entretiempo (no sabemos si por pedido del jugador) y Boca se quedó sin contragolpe y sin gol.
Con ese planteo y esos jugadores en cancha restaban 45 minutos solamente para defender, y mandarle algún pelotazo a Wanchope, que claramente no tiene la capacidad técnica del Pipa.
Segundo error de Guillermo: el banco de suplentes. A Boca le sobran delanteros pero le faltan volantes.
Boca tenía tres número 9 en el banco (Tevez, Zárate y el ingresado Ábila) y apenas un volante, Gago, que viene de una lesión y con pocos minutos de fútbol.
La sentencia del partido fue la cuestionable expulsión al jugador más regular de toda la era Guillermo, el colombiano Barrios (pretendido por el Real Madrid) que aunque no tiene un juego deslumbrante, corre los 90 minutos y marca como nadie. Es de esos jugadores invisibles que te hacen ganar partidos, y campeonatos.
Así River le perdió el respeto, y con la muñeca del muñeco Gallardo, transformó amenazas en oportunidades, y debilidades en fortalezas. Afuera Ponzio y adentro Quinteros, que potenció a sus compañeros y fue la figura del partido.
Boca fue de mayor a menor, y River de menor a mayor. Lo importante en el fútbol, como en la vida, no es cómo uno empieza, sino como termina.
Felicidades a ambos por esta gran final!


lunes, 24 de septiembre de 2018

Una obra maestra del cine argentino

Hay películas, sobre todo películas argentinas, en las cuales uno piensa mientras las ve: "esta película la puedo hacer yo". Definitivamente, Mi Obra Maestra no la puedo hacer yo, ni la puede hacer cualquiera.
Arturo y Renzo, galerista y artista. Amigos entrañables.
El guión de Andrés Duprat no sólo es comiquísimo hasta las lágrimas, sino que es sofisticado y sumamente inteligente. La película presenta innumerables aristas y situaciones que con el correr de la cinta se van superando. Vueltas de tuerca, sorpresas, todo en escenarios captados con una estética extraordinaria.
Mi obra maestra es bien porteña. Sus personajes son porteños pero a su vez cosmopolitas. Las locaciones de la ciudad muestran su mejor perfil y el arte está bien plagado en los planos y la fotografía.
Aunque tiene una buena dosis de humor negro, no deja de ser un canto a la vida. Brandoni y Francella se llevan todos los aplausos y abordan el principal tema de la película: la amistad. Aún así, la incursión de Alex, el personaje del actor español Raúl Arévalo, extiende el campo hacia otros tópicos no menos vigentes, como la ética, la perseverancia y la vocación, abriendo entre todos algunos interrogantes acerca del sentido de la vida en la vorágine del ritmo que impone el capitalismo.
Definitivamente, una obra maestra.

viernes, 8 de marzo de 2013

Riquelme es lo contrario al Barcelona

Estadísticamente, Juan Román Riquelme hace un santo gol cada 5 partidos que juega con la camiseta de Boca. Es un dato de la realidad: jugó 344 en primera división y apenas metió 83 goles. Y eso que es el encargado de patear todos los tiros libres y todos los penales desde hace, más o menos, 15 años.
Riquelme es lento, jamás fue un crack. Habla lento y juega lento. Toca a los costados, atrás, a los costados. Nunca acompaña la jugada, nunca entra al área con potencia, nunca se estira más que su alcance. Nunca corre, jamás. Tampoco cabecea. Se la da Clemente Rodriguez, sin siquiera amagar a buscar la devolución.
Juega cuándo quiere, dónde quiere, y con el técnico que quiere. También se va y vuelve cuando quiere, pero nadie le puede decir nada porque es Riquelme. Boca no pierde por culpa de Riquelme, pero tampoco gana gracias a él. Es tibio.

¿De qué juega? De enganche. Ni Maradona, ni Messi, ni Iniesta, ni Ronaldo, ni Xavi, ni Neymar son enganches. Ni Zidane era enganche. Pero este tipo, Riquelme, que deshace y hace todo a su medida, también inventó una posición táctica para poder maquillar sus limitaciones y su displicencia, y así justificar su obsceno salario.    
No quiero escribir más. Riquelme es un gran manipulador y sólo puede ser ídolo en Argentina.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Arte de Mentir: más poder al poder

Hoy me levanté con ganas de desenmascarar al que se autodenomina "maestro de maestros", el tal Ravi Shankar. Porque me enteré que "Sri" significa (en alguna lengua oriental) maestro, y "Sri Sri" significará maestro de los maestros, o en criollo, chanta.


Pasa que uno de los trend topics de la semana es la llegada de este capo, amo y señor de la Tierra, fuente de luz y sabiduría.
Este Jefe de los Mini Super es un vendehumo de primera línea. Aterriza con su Jet privado y dispara frases como "Argentina es un país lleno de luz". ¿En Chile dirá lo mismo?
Se me hace que a este genio le importa un bledo la espiritualidad, y solamente quería pegarla para ser lo más parecido a una estrella de rock. Hoteles 5 estrellas, viajes alrededor del mundo, club de fans, entrevistas de casette, agua Evian, sumado a sus atuendos estrambóticos cuya función no es cubrir el frío, sino hacer una manifiesta diferencia entre el pueblo y "su majestad".
Leí por ahí que en realidad no inventó nada: todo lo que enseña son técnicas milenarias con un plus de marketing, couching, y demás palabras terminadas en -ing, que hicieron de su Fundación la ONG más grande del mundo*. 

De todos modos, y con toda sinceridad, digo que no estoy en contra de la espiritualidad. Las religiones existen desde que el hombre es hombre, y en situaciones límite uno necesita aferrarse a ellas para no caer en depresión o sufrimiento. Solamente advierto que este movimiento tiene apenas unas gotas de espiritualidad sobre una mar de manipulación y oportunismo. 

Los de Molotov cantaban: "si le das más poder al poder, más duro te van a venir a cojer". Creo que tiene que ver con esto. Sí estoy en contra de los líderes, y a favor de las Instituciones. Estoy en contra del populismo barato Cristina, Chavez, Perón, Hitler, Sri Sri, Fidel Castro, etc. etc. Porque aunque políticamente no están todos en la misma vereda, los une ese hambre de poder, y esa genial oratoria que permite que miles o millones de estúpidos los escuchen por horas asintiendo siempre con la cabeza, sin permitirse la crítica y el análisis.

Así que a respirar hondo, con meditación o sin ella, para empezar a separar la paja del trigo.

*los ONG están exentas de pagar impuestos debido a que toda la plata que recaudan (supuestamente) es a través de donaciones. Léase también: negocio redondo.